Cuando
nos acercamos al Taller Protegido N°19 Ricardo Calavera estaba de turno. Él es
el delegado gremial de la junta interna de talleres protegidos.
¿Cómo
empezó todo?
Todo comienza a partir del 8 de agosto cuando el Gobierno de la
Ciudad conjuntamente con el Ministerio de Desarrollo Urbano, trataron de que en
este lugar se construya el Centro Cívico. Cuando los compañeros vinieron a
trabajar un día a las 7 de la mañana se encontraron con que el taller y la
canchita estaban vallados. Nos llamaron a nosotros y a partir de ahí nos
hicimos presentes con compañeros del taller y con algunos compañeros del Borda
para ver qué era lo que estaba pasando. Al comunicarnos la situación, nosotros,
le planteamos que no podíamos aceptar esto. La gente del Borda tampoco sabía
que el Ministerio de Salud le había cedido las tierras a Planeamiento
Urbano para que construyan el Centro Cívico. Tomamos la decisión de
romper el vallado para asegurar nuestra fuente de trabajo y preservar el
patrimonio que está acá dentro. Desde ahí que permanecemos acá en forma
pacífica, nos quedamos a dormir.
¿Quién está a cargo del taller?
¿Cómo decidieron qué medidas tomar?
La comisión interna. En una asamblea conjunta que hicimos con
compañeros del Borda, del Moyano y del Infanto decidimos sostener esta medida y
plantearle al Gobierno de la Ciudad que revea la situación. Entendemos que los
terrenos son espacios públicos y que es una área de salud… no se puede
construir una obra de tal magnitud, es una mega obra no es chica ¡imaginate
que quieren trasladar al Gobierno central más todos los ministerios a estos
lugares!
¿El Ministerio de Salud no pensó
en los pacientes?
Sí pensaron en ellos. Estas medidas vienen desde antes del 8 de
agosto, empezó en febrero. Vidal le había propuesto al Borda que se cedieran
los terrenos y ellos refaccionaban el hospital. En una asamblea conjunta se
decidió rechazar el acuerdo por parte de los trabajadores, profesiones y por
nosotros. Lo que hicieron ellos fue acordar con
las cúpulas sindicales menos ATE, contrariando, así, la voluntad de
los trabajadores.
Todo el mecanismo administrativo
y licitatorio esta dentro de lo que es un fraude, un fraude procesal, un fraude
administrativo. Sufre de irregularidades que no se condicen con lo que tienen
que hacer
¿Hicieron algún tipo de denuncia?
Hicimos dos denuncias penales una el juzgado criminal N° 9 a
Cargo de Ramón Padilla y otra en el juzgado federal a cargo de Rafecca donde
planteamos la irregularidad del proceso y acusamos al Gobierno de Macri y a
todos los funcionarios por coacción agravada. Venimos sufriendo
presiones constantes, pero no solamente nosotros, si no, también, los
compañeros del Borda, que, ahora, por ejemplo, les fueron descontados 53 días
de trabajo aduciendo que mientras que estuvieron acá no trabajaron, lo cual es
mentira. Luego los trasladaron a un taller nuevo, donde ellos se hicieron
presentes también y les descontaron los días también.
¿Dónde está el otro taller?
En Brancer 2675, 2do piso.
¿Qué pasó con la Policía
Metropolitana? ¿Hicieron guardias?
La metropolitana dejó de venir a partir de una noche
particular. Cansados de esta situación los enfrentamos y les planteamos que no
podían hacer lo que hacían, desde ahí no vinieron más. Les dijimos a la policía
y a los que estaban de civil que no podían entrar porque este es un hospital
público, sí podían hacer rondas pero no podían estar en una actitud amenazadora
durante mucho tiempo en un hospital bajo estas características.
Yo destaco la valentía de las compañeras, las enfermeras del
Borda, profesionales de la guardia del Borda que no dejaron que entraran los
camiones de la empresa constructora EMA SA, una de las que ganó la
licitación.
¿Cuál es la diferencia del Taller
protegido N°19 con los otros centros de actividades recreativas que tiene el
hospital?
Este taller es el único taller intrahospitalario, es decir
que está dentro del hospital y que solo pueden venir pacientes del hospital
Borda. A este taller no puede venir cualquiera, solo pacientes del Borda. Está
desde el año 84 y por eso es la defensa de este lugar como un sector de salud
importante para el hospital. Acá se fabrican ellos estos mini-armarios para sus
cuartos y estas camas.
¿Reciben apoyo de los medios?
Justamente la idea de esta nota de Clarín, del 29 de agosto, página 56, es
mostrar las dimensiones del proyecto estratégico. Lo importante de que salga
esta nota es que dice las dimensiones de la obra, porque en realidad comprende
desde la Avenida Caseros hasta Australia, que es allá en la Estación Sola;
después desde Ramón Carrillo a Perdriel: o sea que toman todos los tres
hospitales.
Ustedes son los que más se
exponen. Sin embargo, el proyecto abarca a los tres hospitales ¿Reciben ayuda
de ellos?
Si, los otros también están acompañando, a veces vienen del Moyano
a hacer guardias. Hacemos actividades conjuntas, asambleas conjuntas. El
viernes hacemos una en Brancer y Carriillo, vienen legisladores y
autoridades de todo tipo.
¿El Gobierno de la Ciudad no
proponen mover el taller a otro lado?
No, sino discutiríamos en otros términos. Nos sentaríamos a
hablar, o sea si fuera así diríamos: “Si es necesario construir esto ¿A dónde
va a el hospital? ¿Qué pasa con el hospital? ¿Qué pasa con los otros talleres?
No nos olvidemos que el Borda cumplió 149 años de existencia, no se pueden
borrar 150 años de historia.
Hace poco salió publicado en Tiempo Argentino un recital a beneficio que se
hizo ¿Los hacen seguido?
Sí, todos los sábados están haciendo festivales relacionados con
la música, la cultura, el arte, el cine.
¿Estuvo la Bersuit? ¿No?
Estuvo la Bersuit, hicieron un festival a fuera. Adentro no
queríamos porque iba a afectar mucho la intimidad de los pacientes, por los
equipos y todo eso. Lo hicimos en la puerta, ahí afuera. Salió muy bueno porque
vinieron alrededor de 3 mil personas.
¿Quiénes
más los ayudan?
Dentro de este lugar recibimos ayuda de los compañeros del Vatayón
militante del estado nacional y popular. Vienen a colaborar y solidarizarse con
esta lucha, hacemos actividades culturales. Estuvo Ariel Pratt el sábado
pasado. También estuvo gente del Colón tocando acá, eso fue muy bueno. La vez
pasada vino La Chilinga. Hay un montón de compañeras y compañeros que vienen a
expresar su solidaridad a partir del arte de la música todos los sábados. Igual,
va variando... este sábado puede ser una comparsa.
¿Ustedes trataron este tema
con las autoridades del Hospital?
No, no hacemos negociaciones de ningún tipo. Pero, si intentamos
intervenir cuando el Ministerio de Salud y de Modernización castigaron a los
compañeros con 53 días de descuento de los sueldos. Aparentemente se hará
efectivo y no hay negociación posible. Este viernes hay una actividad
importante para denunciarlos. Es a las diez de la mañana en el hall del
hospital, participarán el Moyano, algunos legisladores, van a venir
compañeros de distintos sectores, la CTA de Hugo Yaski y diputados nacionales.
¿De la oposición tienen apoyo?
Si de la mayoría de los bloques, incluso de la Coalición Cívica.
Digo inclusive porque de todos los sectores de la oposición son los más
presentes.
¿Del PRO se acercó alguien?
No, nadie.
Entonces, ¿la postura de ustedes
es que se mantenga abierto acá el taller o que se cierre y se traslade a otro
lugar?
Lo que nosotros planteamos, que
es, básicamente la voluntad del conjunto de nuestros compañeros, es
que no estamos en contra del centro cívico por fuera de esto. Creemos que si va
a servir, de alguna manera, para descentralizar, lo que es la administración
esta bien, pero que sea fuera del área de salud, tenemos incompatibilidad por
la obra. En el artículo de Clarín se ve la maqueta que ganó, no es un edificio
chiquito... es inmenso, incompatible con la salud... ¡Todo lo que va a
significar esa obra para los pacientes! Son empresas casi multinacionales y
tienen un despliegue impresionante, no es que va a venir un camioncito. Eso
afecta las actividades, la relación de los pacientes con el hospital.
Con respecto a la ley de
desmacomianilizacion ¿Cuál es la postura que tienen?
Hay dos leyes sobre la salud mental.
Por un lado está la ley que se aprobó en el 2000, la 448 esa de la Ciudad y la del
Gobierno Nacional que se aprobó el año pasado. Nosotros, particularmente, no la
Comisión Interna del Taller, no estamos a favor. Tenemos compañeros que están a
favor, hay un debate sobre eso. Nosotros llevamos más de 10 años de debate con
este tema porque creemos que en definitiva los sectores que están plateando la
demascominializacion en algún aspecto favorecen el cierre del hospital y
nosotros creemos que el hospital que el hospital no es un manicomio, una cárcel
o un centro de detención, como dicen algunos desmacominizadores. Creemos que
este es un hospital neuropsiquiatrico y tiene deficiencias producto de la
gestión de distintos gobiernos. Creemos que el paciente psiquiátrico necesita
atenciones multidisciplinarias el hospital es algo central para el
paciente. Como el caso de Adrian que no tiene donde ir, que no tiene
posibilidades de vivir solo, que le es muy difícil por sus condiciones.
Entonces, plantear el cierre de un hospital, el cual permite que la gente
reciba medicaciones, techo, comida, posibilidad de bañarse, de ser atendido
diariamente va en contra de lo que inclusive ellos plantean.
¿Y sus argumentos cuales son?
Desde nuestro punto de vista, sus argumentos no son científicos.
No sé dónde encuadrarlos... por ahí es duro lo que digo, pero en definitiva lo
que ellos terminan negando es la enfermedad. Idealizan al paciente, lo ponen en
un plano de idealización que nosotros no compartimos. Nosotros creemos que la
enfermedad existe, no es algo abstracto… es algo concreto que se expresa de
distintas formas y está catalogada en distintas categorías. La psicosis no es
un verso, la medicación es importante.
¿Lo plantean desde el punto de
insertar a los pacientes en la sociedad?
Pero... ¿Qué es insertar a alguien en la sociedad? Hay pacientes
que ni la familia los puede contener por la propia lógica de la patología. No
es fácil vivir con alguien con una enfermedad mental, tampoco quiere decir que
las familias sean expulsivas. Nosotros no estamos de acuerdo con ese tipo de
familias, pero en muchos casos lo hacen porque no tienen los recursos como para
contener a un hijo, un padre o una madre con determinadas patologías, requiere
mucha inversión y atención. Inversión en el sentido, como por ejemplo, de mantener
este hospital como realmente hace falta... significa invertir mucha guita.
Sobre todo, teniendo cuenta que las guardias no dan abasto. Hay demandas por un
montón de situaciones sociales, como por ejemplo, desde que estamos acá
hablamos mucho con la guardia del Borda por el tema de adicción, alcoholismo y
otro tipo de situaciones que son complejas. A partir de una adicción se le
puede declara una esquizofrenia o psicosis o puede tener una
enfermedad y una adicción. Acá no hay ningún departamento que trate las
adicciones, si tratan la enfermedad, que es una esquizofrenia o depresión pero
no hay específicamente ahora uno que trate la adicción. Antes había uno pero lo
sacaron, al cerrarlo distribuyeron los pacientes en distintos pabellones.
Por eso, una de las propuestas es que con lo que se va a invertir en el
Centro Cívico se haga un polo de salud y dotar al hospital de todas
las necesidades, equiparlo e ir creando las condiciones intermedias para que
los pacientes puedan tener una re-inserción social. Pero a partir de que el
Estado se haga cargo del seguimiento, de un montón de situaciones que
se derivan de eso. Por ejemplo, si vos venís los sábados acá te vas a encontrar
con una cantidad de pacientes que fueron dados de alta y que están en situación
de calle porque la sociedad no es Blanca nieves y los siete enanitos, la
sociedad es la sociedad, es lo que vemos cuando salimos de nuestras casas día a
día. Muchos pacientes son pobres y sus familias están llenas de problemas.
Adrian tiene un hermano que está en la cárcel y otro que tiene problemas con
las adicciones. A veces los pacientes no tienen un lugar una vez que salen del
hospital.
Por esto, nosotros creemos que a ese debate le
faltan todos estos elementos. Mientras tanto, nosotros creemos que el único
resguardo que tiene este segmento de la sociedad que no pueden pagar una
clínica privada o una mejor atención, el hospital es lo único que tienen y si
no... la calle. Lo grabe también de esto es que muchos pacientes que están en
situación de calle y les dieron de alta no se los re ingresa, se los deja
entrar para que vayan al Centro Cultural, al Frente de artistas, pero no
vuelven.
¿Se terminan de recuperar?
No, no. Te invito a que vengan el sábado y lo veas con tus propios
ojos. Son pacientes que están en situación de calle, duermen en la calle, a
otros los echan de la casa y el hospital sigue siendo para ellos la referencia
de poder estar un poco mejor... obvio, a partir de otra realidad. Ellos vienen
los sábados a comer, en el Centro Cultural les dan ropa cuando vienen los días
que tienen actividades y los otros días tienen que sobrevivir. Algunos están en
una situación extrema y terminan en cualquiera.
¿Cómo es la relación con los
otros pabellones que proponen actividades recreativas para los pacientes? ¿Hay
relación?
Si, si hay relación. En algunas cosas trabajamos juntos, en otras
no. Alguna diferencias tenemos, no te voy a decir que no. Pero esta situación
de la construcción del Centro Cívico hizo que coincidamos en la necesidad de
que esto no se lleve adelante. Al principio el Gobierno de la Ciudad intentó
engañar a los distintos sectores diciendo que era nada más que este pedacito,
que era algo chiquito. Pero es inmenso, es mucho más. De cualquier manera
nosotros participamos de las asambleas con ellos. La gente del Centro Cultural
vino acá, estuvieron con nosotros. En el marco legal estamos haciendo cosas
conjuntas, de distintas maneras pero con un mismo objetivo: no permitir que
esto se lleve adelante y es justamente por el bien de los pacientes. El fin
último de todos es el mismo pero lo hacemos de diferentes maneras.